La mayoría de las películas del norteamericano David Fincher ponen en escena la cacería de una presa o de una idea. Sus películas se caracterizan por desarrollar personajes obsesivos que buscan un obscuro objeto de deseo y al mismo tiempo, de manera perversa, persiguen un sombrío encuentro con ellos mismos. Así se ha visto en películas como Seven, El juego, El club de la pelea, Zodiaco y La red social.
Su talento narrativo está concentrado en elaborar búsquedas febriles por medio de personajes que venden su alma con tal de materializar las obsesiones de sus mentes. Estos caracteres le deben demasiado a la influencia del cine negro norteamericano de los años cuarenta en cuanto a la densidad y oscuridad de sus intenciones. Sus obras no son obligatoriamente de finales felices porque estos personajes llevan procesos destructivos en su interior.
El instinto cazador de Fincher también se encuentra en la selección de los guiones para dirigir pero no en los guionistas que los escriben. En cada película suya hay un guionista nuevo del cual caza la historia que más se ajusta a su interés narrativo por el acecho.
Con su última obra estrenada a nivel mundial, La Chica del Dragón Tatuado, David Fincher vuelve a entrar en la actividad persecutoria que tanto le define, demostrando una vez más por qué es uno de los mejores directores de Hollywood.
Parecía innecesaria una versión norteamericana de la película que había sido hecha por Suecia y Dinamarca en 2009, pero la nueva obra de Fincher supera con creces a la obra escandinava. La obra inicial del danés Niels Arden Oplev fue correcta en su construcción, estructura y realización, pero se le criticó que dejó por fuera de la narración buena parte del contenido que estaba en la novela original del escritor sueco Stieg Larsson, que a su vez es la primera parte de la trilogía denominada Millenium.
Desde los créditos de presentación, Fincher deja claro que la suya es una obra agresiva y diferente. No solamente por la propuesta de montaje que incluye vasta información en cuanto a lo explicativo, sino porque es más fiel al libro al incluir más personajes y entramado de la dramaturgia original. Aunque por momentos la narración de tanta información va bastante depurada, sus escenas de clímax en los tres actos tienen la firma de Fincher al lograr la alta tensión dramática que hace parte de su sello personal. Esta situación fue similar a lo que hizo Christopher Nolan con Insomnia, la cual tuvo primero la realización original del noruego Erik Skoldjaerg, pero que Nolan le dio su impronta y dio una mejor versión. Curiosamente, la primera versión de Insomnia también contaba en el reparto con Stellan Skaarsgard, el actor escandinavo más famoso de la actualidad, quien ahora hace parte del elenco de lujo de La Chica del Dragón Tatuado.
Precisamente, los actores son otro de los puntos fuertes que le dan unidad al relato. Al inglés Daniel Craig le hacía falta un éxito cinematográfico desde Casino Royale cuando empezó su perfil como James Bond y en esta película lo logra conseguir. A pesar de ser él la estrella, quien se roba el show es la actriz Rooney Mara en su registro como Lisbeth Salander, el enigmático y retorcido personaje que creó Stieg Larsson en su novela. Es merecida su nominación al premio Oscar como mejor actriz principal. Los demás actores y actrices representan de manera veraz el contexto y acento sueco que se plantea en la trama. Están en el elenco reconocidos actores y actrices como Christopher Plummer, Joely Richardson, Robin Wright, Steven Berkoff, Julian Sands y Goran Visnjic, quienes complementan esta investigación que une el oscuro pasado y el frío presente de una poderoso linaje sueco, en cuyo seno ha desaparecido un ser querido por décadas, en medio de la infamia que se va desenmascarnado del pasado de la familia Vanger.
Una de las nuevas uniones artísticas que marca diferencia, es la alianza entre el músico Trent Reznor (Nine Inch Nails) con David Fincher. La intensidad de las escenas de acción y suspenso, se aumenta aun más con la densidad y distorsión rítmica de Reznor quien también había hecho la música de La red social.
Su final abierto en cuanto a las emociones de sus personajes principales, deja la promesa de la segunda parte de esta trilogía. Ojalá se realice con Fincher y su equipo de trabajo quienes seguramente darán otra cinta para tener en cuenta.
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