Fue presentada el pasado 23 diciembre en el auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander, la segunda versión de las Becas Artísticas del Bicentenario en la modalidad de Artes Audiovisuales que son promovidas por la Gobernación de Santander. El panorama del resultado final de las tres obras fue más de deudas que de logros.
En la versión del año anterior, los dos documentales realizados por Frank Rodríguez e Iván Gaona dejaron una grata imagen de la producción del departamento en esta forma narrativa mientras que el producto que quedó en deuda pero que mayor expectativa tenía, fue el cortometraje de ficción de Leo Carreño. En números básicos, serían dos buenos productos contra uno deficiente.
Este año, las cifras no fueron tan alentadoras: un documental bueno pero con una edición por mejorar y dos cortometrajes con mucha ambición pero que no tuvieron una buena finalización.
El documental El valle de los barrigones producido por John Chaparro, ganador de la convocatoria documental y dirigido por Frank Rodríguez, es un relato que presenta a dos personajes que están obsesionados con un tipo de árbol especial del Valle del Río Chicamocha. Uno de ellos es un fotógrafo que los visita con frecuencia para tener un extenso registro de ellos en el tiempo y el otro, es un campesino de la zona que se dedica a convivir con estos árboles, únicos en el mundo. Según el primer montaje que plantearon para la presentación, el primer acto tiene más interés periodístico y televisivo por su carácter informativo, que no encadena en continuidad con la mejor parte de la obra que es el encuentro de los dos personajes. El primer acto es frío al ofrecer datos, ubicaciones y entrevistas descriptivas, mientras que el segundo y tercer acto, son los de mayor emotividad. Su secuencia final es lo mejor de la obra, con este campesino haciendo un reconocimiento de un nuevo lugar en Santander con una cámara fotográfica prestada. El documental El valle de los barrigones con una nueva edición quedará como una obra para enviar a festivales con mejores posibilidades de obtener críticas favorables.
Por su parte, los dos cortometrajes de ficción tienen en su haber que investigaron temas arraigados de la cultura santandereana. ¡Pienta! La hormiga y el coronel de Mario Mantilla, recrea uno de los periodos claves de la guerra de independencia que se vivió en Santander en el municipio de Charalá, con el espíritu guerrero y sacrificado de los habitantes de esta población quienes detuvieron la avanzada española que se dirigía al pantano de Vargas en 1819. Lovestory de Mario Niño, es una historia urbana y de arrabal, que entra en el mundo de las cumbias de un barrio periférico de Bucaramanga con el drama de un joven que tiene la motivación de conseguir unos zapatos deportivos para estrenarlos el día de la fiesta más importante del barrio. Ambos trabajos son arduos y rigurosos en los contextos que narran y son arriesgados en la producción. El gran problema que tienen estas dos obras radica en la dirección y el montaje final.
En ¡Pienta! La hormiga y el coronel predomina el lenguaje televisivo y aunque buscó la espectacularidad de varias escenas, estas no fueron tan creíbles así como algunas actuaciones. A mitad de camino aparecen recursos narrativos como una voz en off para tratar de explicar información del argumento, que se presenta más como un vehículo de salvación que como una propuesta narrativa. Su montaje es desigual en cuanto a la continuidad de color, la música de teclados está fuera de contexto y la finalización de sus efectos visuales y de créditos es descuidada. En cuanto a Lovestory tiene tantas interrupciones en su montaje por los excesos de imágenes en la dirección que impide constantemente la sencilla pero llamativa narración de su historia. Da la impresión de parecer más un extenso video musical que un cortometraje narrativo y el abuso de la intromisión de la música de cumbias interrumpía el relato.
Vale subrayar las escenas de clímax de ambos cortos. La primera, por el descubrimiento de la cámara de la gran cantidad de muertos en la batalla. En la segunda, la persecución por las escaleras en el barrio antes del robo. Pero esto no es suficiente. Hay buenas intenciones con las obras pero su resultado son incompletos.
De todas maneras, esta versión es la segunda de las Becas del Bicentenario, y es sólo el inicio de un largo proceso de la narración audiovisual departamental. Sin lugar a dudas hay talento que con mayor rigurosidad, puede crear mejores obras en un futuro cercano.
Luis José, no se si usted es un iluminado o simplemente un ser incompleto y fuertemente frustrado en su proceso audiovisual. La verdad me sorprende que usted, usted, sea ahora el llamado a “criticar” el proceso audiovisual de nuestro departamento, usted que no ha logrado nada en su carrera audiovisual; usted, una persona tan llena de falencias y con muchas ausencias como realizador, profesor (recuerde que fui alumno suyo en alguna ocasión), y ahora critico. Pero no estoy aquí para hablar de usted, faltaba más.
ResponderEliminarLas obras se defienden por si solas, pero en cuanto a los comentarios llenos de arrogancia y soberbia provinciana que hace de mi obra, quiero decirle que creo que usted fue de los que se quedo en lo negativo y en el comentario de pasillo, costumbre muy santandereana, y no pudo observar lo que hay detrás de todo. La obra no es perfecta, no podría serlo, pero es una propuesta personal, una búsqueda de lenguaje propio, lejos de la ortodoxia que usted aun en estos tiempos aplica a su visión del lenguaje audiovisual, que explora el realismo sucio, que va desde el argumental al documental y que incorpora el lenguaje del videoclip, es una propuesta, es un concepto. Me atreví a hacerlo porque Latinoamérica es música, porque en el contexto en que se mueven los personajes la música es lo más importante de la vida y simplemente porque yo quería hacerlo de esa manera, no es casual es causalidad. Por lo que dice del montaje pues también hace parte de la propuesta, asincrónico, de ruptura, fuerte como la realidad que describo en la historia, esta no es una historia rosa hombre, es una realidad fuerte y asi debe ser el concepto de montaje, dinámico, saturado, drástico.
Por otro lado, se que la dirección no es perfecta, pero sabia que al escoger actores no profesionales corría un gran riesgo, pero creo que logré sacar lo mejor de ellos, y también creo que para ser mi primer cortometraje argumental se hizo lo mejor, es honesto el trabajo, no es efectista, cosa que a usted le encanta.
Yo lo invito a seguir tratando de crear proceso no de destruir sin verdaderos fundamentos lo que se está haciendo. Me encantaría que algún día se decida y haga también su obra, porque es muy fácil criticar cuando uno es incapaz de hacer lo que los demás hacen. Bien decía el gran pensador: “el cobarde se destaca por destruir la obra del valiente”.
Agradezco el interés y el espacio para poder replicar sus comentarios y asi poder explicarle lo que le quedo en duda.
Cordialmente
Mario Niño
Bueno Luijo, mi nombre a Luis Fernando Orduz Cáceres, soy el productor de Pienta, pero si quiere llámeme luifer, la verdad me llama la atención su critica porque maneja un lenguaje sumamente técnico y en algunos momentos, lo reconozco, no lo entiendo. No lo conozco y nunca había oído de usted, por esto me llama la atención conocerlo personalmente, podemos empezar por saber su nombre completo, seria útil que en alguna parte del blog lo escribiera, puesto que en este medio tan grande como es la cinematografía en Bucaramanga es imposible conocerlos a todos, y más me apena no conocer a alguien que parece muy reconocido,apuradamente firma Luijo.
ResponderEliminarTambién me interesaría conocer su trabajo como realizador, es importante que me diga donde puedo recoger su reel, de esta manera mis socios y yo lo podemos incluir dentro de nuestra base de datos de realizadores para futuros proyectos.
Atte,
Luis Fernando Orduz
Avatar asesores en comunicación
Pero si quiere llámeme Luifer
Luis José, he recibido comentarios de diferente índole sobre el corto que dirigí, algunos de agrado y hasta adulación, otros críticos pero respetuosos que acepto y valoro, siempre y cuando sean, argumentados y con una intención positiva, pero le aseguro que no encuentro en el suyo ni lo uno ni lo otro.
ResponderEliminarPrimero, califica de “deficientes o de buenos” los productos audiovisuales de la primera y segunda convocatoria de las Becas Bicentenario y hace sumas de dos buenos uno malo, dos malos y uno medio medio; no sé qué pasó con su formación como “crítico” pero lo que primero nos enseñan es que expresiones como “bueno o malo” deben evitarse puesto que son juicios sin valor argumental.
Luego, al comenzar su “crítica” contra el corto Pienta, la hormiga y el coronel, comete un error de elemental confirmación periodística, al confundir la Batalla de Boyacá con la del Pantano de Vargas, lo que quiere decir o que no le prestó atención al corto o que de historia patria sabe poco o que ni siquiera miró la sinopsis.
Dice que las actuaciones no son creíbles pero no es capaz de precisar si es por la interiorización del personaje, las expresiones corporales, la entonación o la caracterización.
Respecto a la voz en off ud concluye que la usé como “tabla de salvación”, la voz en off es un recurso narrativo que está desde el inicio del corto y hace parte del lenguaje planteado en el guión, pues el personaje principal está reflexionando constantemente sobre su situación.
Dice que no es una propuesta visual y desconoce por completo el simbolismo utilizado para contar la batalla del Pienta a través de las hormigas, lo que deja ver su sesgada apreciación.
Qué quiere decir que la música de teclados está fuera de contexto? A ud le gustaría instrumentación del siglo XIX para que tuviera “contexto”?
“La finalización de los efectos visuales es descuidada al igual que los créditos”, vuelve a usar adjetivos ofensivos y no términos técnicos, luego se refiere a la escena donde se ven los muertos… le cuento que esa escena es un efecto especial! a esa se refiere con descuidada? O no se dio cuenta que la cantidad de muertos era un montaje en edición? O se dio cuenta que era un efecto visual y no lo menciona?
Como ud no argumenta sino que divaga en generalidades, dice que usé un lenguaje televisivo y ahí lo deja; si lo que intenta decir, despectivamente, es que usé solo dos planos y cámaras cruzadas como algunas telenovelas, está desconociendo, por ignorancia o por desacreditar el trabajo, los movimientos, ángulos, puntos de vista, o el ritmo en el montaje que cambia según sea una escena de unidad o una de variación.
Omite comentar sobre, la investigación temática, el diseño de vestuario y armas, el aporte a la reflexión de temas que nos dan identidad, los simbolismos, el ejercicio de adaptar un texto literario en un guión audiovisual, la cantidad de recursos que hay que invertir en una producción de época, o que a gran cantidad de personas les gustó y no se aburrieron.
Ud solo opina sobre lo que cree que son aspectos negativos del trabajo, que no niego que los tengamos, pero en su escrito desaparece cualquier rasgo positivo por destacar, lo que es sospechoso, sobre todo porque ud no le contó a sus lectores que participó en las dos convocatorias de la Becas Bicentenario y no fue seleccionado.
No estoy diciendo que nos alabe o que no diga que para ud los problemas son de dirección o que califique de manera prepotente y hasta risible que hubo dos buenos uno malo, dos malos y uno medio bueno, sino que sea, preciso y constructivo.
Mi respuesta a sus comentarios está escrita en un texto más arriba en el blog, ya que éste no ofrecía espacio suficiente por la cantidad de caracteres que usé.
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