martes, 31 de enero de 2012

Respuesta a los comentarios por la crítica de Las Becas del Bicentenario 2011

Señores Mario Niño, Luis Fernando Orduz y Mario Mantilla.

Nota aclaratoria. Mi respuesta a sus comentarios por la crítica que hice de Las Becas del Bicentenario 2011, debo escribirla en la página principal, debido a que el blog no permite la publicación completa de mi texto debido a la extensión de este. 


Durante diez años el periódico 15 ha sido uno de los medios de comunicación impresos que se ha caracterizado por su independencia. Por su labor periodística, ha ganado continuamente premios regionales, nacionales e internacionales.
Desde hace cinco años fui convocado para escribir la página de cine del periódico debido a que soy docente del programa de Artes Audiovisuales.  He hecho esta labor  ya que tengo formación tanto teórica como de realización.
Hago parte de un programa que está formando los artistas audiovisuales de la región quienes al igual que el periódico, han ganado premios regionales, nacionales e internacionales.  Pero esto no ha sucedido de la noche a la mañana, ni porque han llegado genios en espera de ser descubiertos. Ha provenido de un proceso largo y continuo de constante evaluación y crítica tanto de los procesos como de los resultados obtenidos. 
Desde el primer semestre, los estudiantes tienen claro que al entrar al mundo artístico su obra va a ser exhibida y observada porque ese es el propósito de su creación, que haya un público que reciba la obra. Por esa razón durante toda la carrera están continuamente habituados a las críticas tanto de sus docentes como de sus compañeros del mismo nivel y también de los compañeros de otros niveles.  Esto ha fortalecido la capacidad de respuesta ante la crítica de los estudiantes, al punto que mucho antes de escuchar o leer lo que otros señalan de su trabajo, ya saben que funcionó y que no.
Pero no es el interés del programa estar ganando premios con afán de fama y celebridad. El objetivo está en formar artistas audiovisuales rigurosos, disciplinados y exigentes. Si estudiantes entre los 16 y los 25 años aceptan las críticas, y muchas críticas, ¿cuál es el problema con los creadores audiovisuales más experimentados de la región cuando se les critica su obra?  Es paradójico que el ímpetu de un joven sí las escuche con el propósito de mejorar, pero que realizadores hechos y derechos, las tomen como un ataque personal. Los estudiantes están acostumbrados a esta exigencia, así que, ¿por qué debería ser blanda y conveniente una crítica para ustedes? Es mejor tener igualdad de condiciones. Este tipo de críticas también las hago con ellos en clase continuamente.
Me encuentro en el deber de responder a sus textos de dos maneras, una como periodista y otra como realizador audiovisual. Como redactor de esta página he asumido con responsabilidad los textos que escribo y si por alguna razón se estaba esperando mi crítica, esta la he hecho con la mayor honestidad y argumentación posibles.  Ha quedado claro y de manera grosera también, que no les fue de mi agrado mi texto, pero creo que por eso no se les van a cerrar las puertas, ni tampoco vayan a detener su carrera. No es tan grave el asunto, aunque en sus palabras pareciera que fuera así.  Cumplo con mi deber de dar un punto de vista especializado acerca de tres obras que fueron exhibidas.  Todo artista que expone su obra sabe que provendrán distintas miradas y reacciones. La mía, durante casi cinco años ha sido de las más serias por la continuidad quincenal en la escritura. No es la única, ha habido otras pero han sido más esporádicas.  Si uno no quiere críticas de sus productos, pues se trabaja por encargo para clientes quienes le dan un visto bueno. Eso bien lo saben ustedes. O se hace una obra con un grupo de amigos para que la disfruten entre los que participaron y la gente cercana. Ahí sí se puede hablar de provincianismo, que sólo los amigos aplaudan y den alabanzas, sin que la obra salga de un reducido círculo.
Si no les gusta lo que yo escribo, pues es una opinión que ustedes obviarán para su carrera. Así como si deciden no volver a leer mis textos, otros determinarán si quieren ver o no sus obras. Yo sí quisiera ver las obras futuras de ustedes, porque como lo señalé en el artículo, hay talento, pero las mejoras vendrán para las obras siguientes. Escribí que me llamó la atención el riesgo de la producción y que sus dos escenas de clímax, con los muertos en una, y con la persecución en las escaleras en la otra, ambas tienen mucha fuerza. Eso demuestra que sí hay talento, pero que necesita de mayor continuidad y rigurosidad. Hasta el momento es la obra de mayor envergadura de sus equipos de producción, pero ojalá que no sea la única.
Para buscar otros puntos de vista, lleven sus obras a otros escenarios más exigentes, a otros festivales, que las vean realizadores y productores de trayectoria para que les den su percepción. El mío es sólo uno en esta región, falta ver como les va con el resto de Colombia. Eso lo sabrán ustedes cuando tengan las respuestas, aunque después de leer sus comentarios hacia mí, no creo que las compartan conmigo para ver sí eran absolutamente desacertadas mis apreciaciones. El tiempo y el fogueo lo dirán, para salir del provincianismo.


Mi comentario no fue de pasillo, lo hice abiertamente en un medio de comunicación masivo y escrito, y lo publiqué en un blog para que haya respuestas e interacciones, que las hubo de manera maleducada, pero yo les brindé ese espacio. No era necesario que me escribieran a mi correo personal, como lo hizo el señor Niño, si en el blog estaba el espacio para los comentarios. Tranquilo, el blog informa en el correo personal si hay comentarios.
Sus respuestas son una prueba de que el asunto se volvió personal y dejó de ser profesional. Mi texto no fue personal, fue académico y profesional.
Si hago una crítica debo dar elementos de juicio y de valor, como lo expuse y he dicho abiertamente si un producto es bueno o malo desde mi punto de vista. Para eso es una crítica señor Mantilla, no son para quedar bien con nadie, son para evaluar las obras. No represento ningún grupo económico, ni soy amigo de productores de cine ni de programadoras de televisión, ni me dan pases gratis para ir al cine. Esto me da la absoluta libertad de emitir mi punto de vista sin ningún tipo de presiones, favores, “amiguismos” y menos aun, resentimientos.

Como realizador también tengo mi respuesta también.  El señor Niño me ataca diciendo que soy realizador frustrado y recuerda que fue alumno mío y que fui mal profesor.  Le recuerdo que fui su profesor en un curso técnico de manejo de software de edición en la oficina de ustedes, con las condiciones que ustedes impusieron y a las horas que ustedes podían. No había videobeam, ni estaba adecuado como un aula de clase. ¿Aprendió a manejar el software sí o no? Veo que sí, porque usted mismo edita sus trabajos. Yo le enseñé a manejar un equipo para editar, ya sí usted no es buen editor, es un asunto suyo, no mío.
Actualmente soy docente por gusto y por vocación. Llevo más de ocho años en la docencia y me actualizo en diplomados de producción audiovisual, que por cierto, no los he visto a ustedes por ahí.  Así que no tengo ninguna frustración con mi actual cargo.
Con respecto a la producción audiovisual creo que olvidó la función del año pasado en el auditorio Pedro Gómez Valderrama de la Biblioteca Turbay en donde vio el cortometraje “El paseo” que fue hecho por el semillero de investigación del programa de Artes Audiovisuales de la UNAB, del cual soy tutor y guía continuo.    De este cortometraje fui productor asociado, productor de campo, editor y analista de guión. Fue escrito y dirigido por Raúl Gutiérrez, estudiante mío a quien he formado constantemente desde que inició su carrera, y trabajamos en equipo 20 personas en tres noches de rodaje. Estuvo seleccionado para el festival Equinoxxio de la Universidad Nacional de Colombia y en este momento está concursando en la sección de Nuevos Creadores del Festival de Cine de Cartagena, que precisamente este año estuvo muy exigente en la selección. No somos ilusos, ni avarientos, creyendo que el cortometraje va a ganar, porque somos conscientes que en el resto del país hay muy buenos realizadores. Estamos contentos con la nominación y no estamos esperando aplausos ni venias.
De mi equipo de trabajo, ésta no es nuestra obra máxima, es sólo un peldaño. Es muy apresurado querer tocar el cielo con las manos sólo con una obra. Sí, venimos de la academia y creemos en los procesos.  No hemos tenido ningún lío con las críticas que nos han hecho. Las hemos escuchado todas, sin pegar gritos en el cielo. Precisamente nos señalaron que después del momento de clímax, la obra perdía fuerza. Se volvió a editar, se envío a Cartagena y quedó seleccionada. Usamos la crítica a nuestro favor y no como ustedes que la toman en contra. Envíen sus trabajos a festivales exigentes para saber cuál respuesta tienen y que críticas recibirán, que seguro se las darán sean positivas o negativas. Yo me inclino por las negativas.
Con el mismo equipo de trabajo presentamos cuatro cortometrajes experimentales en La Casa del Libro Total, de los cuales fui director de uno de ellos, y estuve en la labor de productor, editor y analista de guión de los demás. Después de exhibirlos, recibimos las críticas de otros realizadores santandereanos quienes fueron al evento y no hubo ninguna ni pelea, ni altercado por lo que se debatía. Hubo camaradería y respeto en la exposición de los puntos de vista. Abiertamente dijeron cuáles obras les gustaron y cuáles no. Es decir, sí se puede dialogar y criticar en Santander las obras audiovisuales, pero ustedes no estaban allí tampoco.
Por esto en respuesta al señor Orduz, no me interesa enviarle mi reel de trabajo para trabajar con ustedes. Ya tenemos equipo de producción con una productora ejecutiva fogueada en productoras de cine en Bogotá de todo tipo de obras audiovisuales. ¿Le dice algo los nombres de Rhayuela, Autocine FX o Akira Cine? Pues ella trabajó allí y domina muy bien el lenguaje técnico de la producción.   Siguiendo con este tema, después de la proyección de “El paseo” en el auditorio de la Biblioteca Turbay, Mario Niño se acercó a mí y a Raúl Gutiérrez para que en algún momento uniéramos fuerzas y trabajar juntos en proyectos. Desde ese día hasta hoy, usted no ha recibido ninguna llamada de parte nuestra para que trabajemos juntos. No me interesa para nada. Tenemos varios proyectos por desarrollar y estamos en pro de ello con paciencia, perseverancia y disciplina. Si soy un frustrado como señala, ¿por qué me pide que trabajemos juntos? No hay coherencia en ello.
Volviendo con el señor Niño, mi profesión audiovisual se ha enfocado en los últimos años a la escritura de guiones. Tanto así que obtuve la beca Fulbright en Estados Unidos para hacer una Maestría de Guión Cinematográfico. ¿Sí saben que es Fulbright? Es la beca más prestigiosa de Estados Unidos y competí con gente muy preparada en toda Colombia por ello. No se imaginan lo feliz que estoy con mi profesión, mi carrera y mi trabajo. Estaré dos años y medio recibiendo críticas y lecciones de maestros para mejorar en mis proyectos audiovisuales y también usaré ese conocimiento para asesorar los guiones de otros estudiantes y realizadores de la región. ¿Por qué hacer eso? Porque la docencia está en mi vocación, no es un trabajo para pagar las cuentas como lo han hecho otros.
Con respecto al señalamiento que hace el señor Mantilla en que yo había participado en dos convocatorias de las Becas de Creación del Bicentenario pero que no había logrado obtener ninguna es cierto.  En 2010 nos superaron en el área documental, los proyectos de Iván Gaona y Frank Rodríguez, y fue un gusto escribir en el periódico que sus obras fueron muy buenas, y fue un honor haber perdido antes dos realizadores tan serios como ellos.  En 2011, participamos con Raúl Gutiérrez con dos proyectos de cortometraje de ficción y perdimos ante los proyectos de ustedes. No por eso, estamos armando problemas y líos. Ya sabemos cuál es el paso siguiente: seguir escribiendo y seguir participando.  Ahora, digo como realizador y no como periodista, que no puedo repetir lo mismo de 2010 con las obras de Gaona y Rodríguez. Las obras de ustedes tienen mucho por mejorar. Si no quieren ese tipo de críticas, pues allá ustedes, es su problema si no soportan las críticas. Se me sale de las manos que no las manejen.
El asunto de las convocatorias es un asunto de jurados, de lo que ellos prefieran. Un jurado eligió el cortometraje “El paseo” por encima de otros a nivel nacional. No se puede ganar todo, o bueno, eso lo puede hacer el Barcelona F.C., pero nosotros no. En mi equipo de trabajo celebramos las victorias y asumimos las derrotas. Es un largo camino y vendrán más convocatorias. El señor Mantilla no quedó en las becas de ficción de 2010, pero mejoró su proyecto, lo presentó en 2011 y lo consiguió. Es un ejemplo de perseverancia y de fe en su trabajo. Pero no por producirlo, esto se traduce automáticamente en el merecimiento de miles de aplausos. El asunto de poder hacer largometrajes y cortometrajes ya no es un asunto de discusión, ni de alabanzas. Se están produciendo muchas obras en Colombia y en el departamento, así que esta situación no es ninguna novedad. El centro del asunto es la calidad de las formas narrativas y en esto, fueron deficientes sus dos proyectos desde mi punto de vista.
Los invito a leer al escritor y crítico Luis Alberto Álvarez en sus libros Páginas de Cine, volumen 1, 2 y 3. Este hombre hace el mejor análisis del boom de realizadores colombianos de los años setenta y ochenta, cuando Focine les patrocinaba sus películas. Se aprende más de sus textos que de las películas de esa época que fueron bastante malogradas. No se equivocó Álvarez, la gran mayoría de directores, productores y guionistas de esa época, no han tenido continuidad en la actualidad. Dirigen otro tipo de formas audiovisuales. Ellos fueron suplidos por realizadores formados en academia con un juicio crítico con su obra y con la de otros realizadores nacionales. No sólo se aprende grabando o filmando, también se aprende mucho leyendo. Y él también emitía juicios de valor, si una película era buena o no. No le temía a un patrón o a un realizador audiovisual.  Estaba hablando de arte, no de egos, ni de asuntos personales. Y eso que estaba en Medellín en los años ochenta y noventa.
Continuando con el señor Mantilla, por el reducido espacio que tuve en la página del periódico, no pude exponer más acerca la dirección de actores. Muy buen trabajo el del antagonista español, muy creíble y con buena presencia. El protagonista Rubén Mantilla es un actor que conozco muy bien porque ha trabajado con nosotros en cinco cortometrajes y un comercial. Es un actor muy versátil, con gran trabajo físico que puede dar muchos registros. Desafortunadamente no lo aprovecharon porque sus diálogos estaban más en la voz en off. Con los soldados criollos pudieron trabajar más con las líneas y reformarlas en la grabación.  Las escenas simbólicas en miniatura del puente y la hormiga pudieron tener mejor factura en su elaboración de arte porque tenían el presupuesto para hacerlo. Los efectos televisivos como el nombre sonando fuertemente en la presentación, saca al relato de la época. Se puede hacer música sin necesidad de sintetizadores, con diversos elementos de cuerda por ejemplo o muchos más. Hay demasiadas posibilidades para explorar. La decisión final la toma el director y en esto yo señalo que “empasteló” el gran esfuerzo de producción que estaban haciendo. Por último, la escena del flashback de revelación del símbolo del puñal entregado por el ser amado, recordaba las escenas de Camila Loboguerrero en María Cano.
Los invito a que revisen la obra de autores santandereanos como Iván Gaona y Frank Rodríguez quienes han ganado convocatorias nacionales y diversos festivales, y han estado nominados también en varios. Ellos no han dependido de una sola obra para sentirse autores. Ha sido una evolución de aprendizaje constante, autocrítica y recepción de críticas.  La clave de ellos dos ha estado en la continuidad, en pensar en la obra siguiente.
Me parece muy importante para la producción audiovisual del departamento que se abra una discusión de este tipo pero sin ataques personales, ni fragilidad de egos, ni rasgadura de vestiduras. Hay que ser exigentes para mejorar en la región. ¿Cuál es el temor a la crítica fuerte? Desde la academia y la realización, también espero que vengan obras con mayor calidad. Soy santandereano como ustedes y me interesa una visión de Colombia desde acá.  Superen esta crítica porque el mundo no se va acabar por ello.
Y ya que se metieron en aspectos personales, pues también les respondo de manera personal, pero sin ser maleducado.  No tengo resentimientos con ustedes, pero no me gustaron sus obras. No me disculpo por ello. Espero que por este asunto no dejemos de hablar, por mi parte no lo haré, pero si ustedes lo deciden así, es una decisión personal que les respeto.
Me despido siendo feliz pensando en ver “El paseo” de nuevo en el Festival de cine de Cartagena y en la beca en Estados Unidos para escribir cine. Espero que ustedes sean felices pensando en sus proyectos futuros.

Cordialmente,

Luis José Galvis Díaz

6 comentarios:

  1. Las cosas que me indignan del “cine” en Santander
    Hay dos cosas que me tienen indignado dentro de los procesos de realización de ficción audiovisual en Santander. La primera, que es obvia, son los pocos resultados que se han obtenido partiendo del desperdicio en dinero, propuestas y narrativas que ha representado Las Becas Bicentenario Gobernación de Santander. En el 2010 cómo olvidar el bodrio que presentó el realizador Leo Carreño con su “Estatua del parque”, corto con una ligereza en su concepción, que si ustedes miran el Reel (anexo link http://vimeo.com/17180164)) de este polifacético video artista, se darán cuenta que ni siquiera esos 56 millones de pesos sirvieron para sacar una imagen limpia y meterla en él.
    Y uno pensaría que para el 2011 todo sería mejor en ficción, que habría mejores propuestas, pero no fue así y de frente se nos apareció George Santayana con su frase “quien olvida su historia, está condenado a repetirla”.
    Esto me da píe para exponer la segunda cosa por la que estoy indignado. Y es que después de visualizar los cortos de ficción ganadores en Becas Bicentenario 2011 y reconocer de primera mano, los yerros y fallos que como jóvenes directores (infantes en su obra, pero ya mayorcitos en su edad) tuvieron Mario Niño y Mario Mantilla, era de esperarse que un proceso crítico en cuanto a sus trabajos tenía que producirse en la pequeñísima esfera cinematográfica local (aquí difiero del productor de Pienta, quién tal vez por su ignorancia, desconoce que Bucaramanga no es precisamente la meca del cine, y que no es habitual ver rodar películas).
    ¿Por qué Niño y Mantilla tomaron la crítica del comunicador Luís José Galvis como una agresión casi personal, hasta el punto que el primero de los Mario lo ofendió de tal manera que uno pensaría que lo único que queda es darse en la ‘jeta’?
    Miremos el contexto, era la ópera primera en ficción de los dos directores. Mario Niño había trabajado en documental y experimental, mientras Mantilla había hecho televisión y por ahí un corto de ficción llamado “Tómbola”, que no lo podemos meter como una obra seria y de transcendencia en la región, sino como un ejercicio minúsculo desarrollado en el marco del programa del Ministerio de Cultura llamado INI (Imaginando Nuestra Imagen). Para los que no saben, este programa visita las regiones más periféricas y con más falencias en el arte cinematográfico, con el fin de incentivar procesos de realización. Allí participan desde campesinos, estudiantes, poetas, teatreros y diversas personas que de lenguaje cinematográfico más bien poco.
    Dentro de este marco, ¿no era factible que siendo sus óperas primas, era posible que como humanos, faltos de estudio e inexpertos, no salieran tan bien librados en sus ficciones? Y ahora más, luego de la crítica objetiva y formal de Luís José (con la cual estoy de acuerdo en algunas cosas, pero en otras creo que fue indulgente), la reacción que uno esperaría de los dos marchesinos directores es que la recibieran de manera humilde, sin apasionamientos y con la diligencia de contemplar los puntos debatidos con discernimiento en el artículo y mejorar aquello que a ciencia cierta está mal. (continúa página 2)

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  2. (viene página 1) Pero no, el santandereano es muérgano y nos jode que nos lleven la contraria, nos cabrea que cuestionen nuestro trabajo y no tenemos la universalidad suficiente (y por el contrario somos provincianos) para asumir cualquier tipo de crítica.
    Mario Mantilla, ¿cuál es la pendejada para no aceptar que la musicalización de Pienta no va al caso y simplemente está mal? Hasta su mismo sonidista, Juan Fernando Arango, nos compartió su percepción de la música y para nada fue alentadora, sino por el contrario, crítico su realización. Si era por confianza, me hubiera dicho, yo manejo más o menos fruity loops y toco pandereta. Miremos los efectos digitales, ¿qué me dice de los disparos?, más falsos que una moneda de cuero. ¿Le parece que está bien eso? La ficción tiene un pacto de verosimilitud con el espectador, y esos ‘efecticos’ de tres pesos no generan credibilidad, sino al contrario, rayan entre la mofa y lo ridículo.
    Señor Orduz y Mantilla les recomiendo que vean estas declaraciones del director español Nacho Vigalondo http://vimeo.com/30861968 (desde el minuto 4:49), quien afirma que no está bien querer hacer algo muy barato, partiendo de un guión que no contempla esto. “Un error que se comete con frecuencia es el de rodar un guión que no contempla el presupuesto y luego pensar que una serie de trucos de producción van hacer que nos gastemos poco dinero. Voy a conseguir que este guión que transcurre en la edad media acabe costando cuatro perras, esto nunca funciona”.
    Como amante del cine no contemplo que en una región con una casi nula cinematografía, la cual necesita de la responsabilidad de los realizadores, éstos no inviertan los suficientes recursos otorgados por el gobierno (que es dinero público), y por el contrario, quieran ser tacaños en presupuestos de producción (pagos de honorarios, renta de equipos y demás menesteres), ahorrarse el mayor dinero e intentar quedarse con la mayor parte de los recursos monetarios, sacrificando la calidad del producto.
    Por favor, 52 millones de pesos, más los patrocinadores que habrán conseguido, para alquilar una canon 7D y unos lentes pecuecos. Esas ‘camaritas’ están para trabajos de estudiantes, pero no para el proceso serio que ustedes quieren emprender. Eso que refleja sino el afán de ahorrar, ahorrar y ahorrar. Ahora qué me dicen de estar regateando el kit de luces ARRI y el lente SIGMA del productor John Chaparro con 52 palos en el bolsillo. Las cosas así no funcionan.
    Pasemos al trabajo con los actores. Por favor, ya no insistamos más con chalo. Chalito está muy bien para teatro, pero no para llevar un proceso serio en la actuación para cine. En el corto vemos al actor Rubén sobreactuado, muy teatral en su corporalidad y tonalidad. Y él puede dar mucho más si se trabaja. Pero claro, acá no hubo un trabajo serio con los actores (Y Mantilla, me imagino que usted sabe cuál es la máxima responsabilidad del director en su obra cinematográfica. Son los actores, la dirección de actores, y aquí se tomó con ligereza). ¿Cómo es posible que el coronel (quien tiene momentos buenos) empiece hablando con tono español y termine con acento zapatoqueño mano? ¿Cómo es posible que a míseros días de empezar a rodar, le planteen una escena a caballo al coronel, cuando éste no sabe ni siquiera montar en bicicleta? ¿No hay descuido en las actuaciones? ¿Por qué nos duele aceptar tanto nuestros errores y ofendernos con una crítica? (continúa página 3)

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  3. (viene de la página 3) Nadie los persigue ni los quiere acabar (especialmente a Mario Niño). Solo queremos procesos rigurosos en la realización de cine de nuestra región para mejorar. Y lo que veo, lo digo, sin tapujos. Pero ustedes también acepten que estos productos precisamente no van a cambiar la cinematografía del departamento ni merecen adulaciones, sino al contrario, es para más garrote. Del señor Niño solo le puedo decir que su guión es interesante, que el trabajo con actores naturales tiene momentos, que falta trabajo, pero que el montaje y la foto no son buenos. Lo justificará como un proceso sucio, como es la calle, que tiene un valor creativo de exploración, en fin, pero creo que esos argumentos se quedan trillados y cortos al ver el look final de Love Story.
    Les recomiendo seguir el trabajo del cineasta Iván Gaona, para ver si aprendemos a tomar esos retos con mayor propiedad. No sé si lo saben, pero Gaona es el segundo santandereano que gana la convocatoria para gestión de proyectos cinematográficos más importante del País, el FDC (Anteriormente la había ganado Libia Gómez). Actualmente está nominado a Mejor Corto Iberoamericano del FICCI, siendo la primera vez que un santandereano (de Güepsa mano) esté en esta categoría, con su trabajo “Los Retratos”.
    Pongámonos el reto de participar y ganar en el FDC y PAN, vayamos por la chupeta más grande, y no nos conformemos con estos pirulitos del Bicentenario, en los que participan uno y ganan dos. Eso no es digno de admiración, y por el contrario, refleja la vergonzosa realidad del audiovisual santandereano, en donde es casi nulo el diseño disciplinado de proyectos de realización.
    Sigamos trabajando, asumamos las críticas como caballeros y les deseo más éxitos en sus próximas producciones.

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    1. Mano, Crisanto, la verdad yo no le quería responder a sus comentarios porque, al igual que usted como realizador, me parecen irrelevantes, pero viendo que usted osa creerse también la conciencia cinematográfica de la región, lo haré.

      Es cierto que mi obra no es perfecta, lo he reconozco, pero estoy en un proceso que es largo y que necesita hacerse, estoy comprometido con la búsqueda de mi lenguaje propio, aunque usted crea que es trillado decirlo, pero es cierto. Yo no hago obras para pseudointelectuales como usted y su sequito de arrogantes, yo hago cosas para la gente común, las cosas sobre las que he reflexionado en mis trabajos tienen las búsqueda de una reflexión colectiva, son para el pueblo, mas allá de la forma busco hablar de las realidades que me tocan. Lo técnico para mi es secundario, la fotografía y demás arandelas para mi no son mas importantes que lo que quiero decir, por eso mi búsqueda está en el qué no en el cómo. Yo renuncio a la forma clásica y aburguesada, a esa mirada hipócrita de la que usted tanto reniega. Yo he estado trabajando en mi proceso hace rato sin meterme en el de nadie porque sé que el camino es largo, yo he respetado el proceso de otros, creo que eso nos hace muy diferentes.

      Usted siempre justifica su soberbia diciendo que los que no aceptamos la critica no somos humildes y somos provincianos, ahí disfraza su rabia, pero le pregunto: usted tiene la humildad necesaria para respetar el trabajo de los demás sin desmerecer lo que hacen?. No lo creo. Además, su obra cuál es maestro? acaso son los tres trabajos que ha “alumbrado” con total deficiencia y demasiada sobrades?, ha logrado algo importante, a cuantos festivales serios, internacionales ha llegado su trabajo, cuantos premios tiene?, cuantos convocatorias del FDC ha logrado?, ya que para usted lo único que cuentan son los premios y los festivales. Usted al igual que yo y que Jose Luis somos aprendices en este oficio por eso para mi lo que ustedes opinan no son mas que pataletas.

      Usted se siente indignado, pero le digo indignado yo cuando leo sus comentarios sin argumentos para decir que el dinero de las becas y de los patrocinadores se desperdició, y se torna un ser lleno de ética y moral, indignado deberíamos estar todos cuando ustedes, su grupo de grandes realizadores, se presentó de nuevo a la convocatoria con otro proponente, puede que parezca que la cosa es legal, pero eso éticamente no es correcto, eso lo hacían los hermanos Nule, entonces no venga a decir que usted es el héroe indignado aquí compañero.

      Podría decir muchas cosas más, pero siento que no es importante seguir con esto, yo prefiero seguir intentando hacer proceso, seguir trabajando en mi proyecto de vida, ya que menciona a Iván Gaona, claro que lo conozco, he estado compartiendo en festivales con mis trabajos junto a los de él, pero sabe que es lo que mas admiro de Iván mano, que él esta trabajando callado y comprometido, no anda pendiente de lo que hacen los demás para despotricarlo, como hacen ustedes, eso si que es provinciano mano.

      Al igual que invite a Jose Luis lo invito a usted a construir y dejar tanta pretensión y afán de protagonismo.

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    2. Es cierto señor Niño, todos aquí en Santander somos aprendices, estamos entre ciegos y tuertos, y eso no es muy bueno si queremos hacer cine. Mire los “grandes” productos audiovisuales de la región, no han pasado de dos o tres festivales sin mayor importancia en Colombia (Danzaria en la selección oficial de Barichara y eso empujado por mí que fui el curador, es decir, yo le ayudé mano).
      Frente a este tema tengo una anécdota y es que luego de que Mario Niño estrenara su documental en el IMCT con sus seguidores, y después de haber recibido adulaciones y fanatismo desmedido, yo y un amigo hicimos una críticas válidas al documental, que el señor Niño por supuesto desestimó y rechazó con alevosía y su típico calificativo de “pseudointelectuales” (agreguémosle a eso sus amenazas esquizofrénicas y etílicas por celular tipo 5 am o sus correos electrónicos injuriosos y desmedidos en sus palabras. Y dice que es humilde). Cuando se hizo el Festival de Cine de Barichara y Danzaria estaba en la Selección oficial, jurados colombianos de primer nivel (estamos hablando de Camilo Botero, director de 16 memorias y Gregorio Von Hildebrand, productor de Pablo’s Hippos, evaluaron los documentales desde su experiencia y coincidieron en afirmar que Danzaria tenía demasiadas falencias, me regañaron por mi selección de los documentales, que parecía más una muestra universitaria, y aquí es donde yo digo, es cierto somos aprendices.
      Mire Niño que también es cierto que nuestros proyectos no suenan ni en FDC ni en PAN (recuerde que su LOVESTORY ganador en Bicentenario ocasionalmente por quedar desierto el segundo premio en Documental, estuvo el año pasado en el PAN en la Categoría de Coproducción de Cortometraje Regional y le fue mal). Yo participé en el FDC por primera vez en el 2011 y me volvieron ropa de trabajo.
      Nadie desconoce eso, que somos pequeños saltamontes, y menos yo que soy como 12 años menor que usted y que perfectamente hubiera podido ser su alumno. Yo nunca me he ufanado en decir que la verdad cuelga de mi brazo, ni que mis productos han transformado el audiovisual santandereano (muéstreme una afirmación que diga lo contrario). Pero una cosa sí le digo mano, yo si tengo la humildad (no como usted quien afirma en el primer párrafo de su respuesta todo lo contrario) para reconocer que tanto usted como otros realizadores no son para mí irrelevantes, sino al contrario, dignos de tener en cuenta (por algo los critico), dignos para verlos, para analizarlos, para cuestionarlos y para felicitarlos llegado el caso.
      Niño, yo respeto su trabajo, respeto los procesos que dice llevar, hasta respeto su persona a pesar de sus desequilibrios mentales de ególatra, pero no por eso dejaré de criticar lo que con juicios estéticos basados en estudios, experiencias, dedicación, etc. (que no son muchas), yo “objetivamente” deduzca que esté mal. Precisamente el respeto frente a una obra está en ser sincero en las apreciaciones que se tienen y no en aplaudir todo lo que se ponga al frente. Qué pena que le incomode mis críticas, que pena que el único trabajo suyo que me guste sea “Cumbia Urbana”, pero una cosa si le digo, yo estoy interesado en el audiovisual santandereano, en su obra, y por eso siempre me gustará ver sus trabajos. Lo hago para crear procesos críticos serios de discernimiento, que son fundamentales junto a los creativos y formativos para ver si salimos de este barrial
      Espero no le incomode mi fanatismo a usted, aunque con todos esos seguidores ya debe estar acostumbrado a eso.

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  4. Me toco el turno. Yo no se quien caracoles sea CRISANTO GARCIA PEREA. Pero supongo que debe ser el seudonimo de algun personaje que no quiere dar la cara, y si la quiere dar que venga y se presente por que no lo conozco. Y por que no lo conozco no entiendo por que da declaraciones públicas de mis opiniones privadas.
    El senor Crisanto dice: "Hasta su mismo sonidista, Juan Fernando Arango, nos compartió su percepción de la música " no se quien le compartió mi opinión señor Crisanto, pero yo asumí mi comentario como una opinión personal, y personalmente se lo transmití a mario mantilla en su momento. Asi mismo lo comente con 4 personas mas. No fue mi intención que este comentario fuera publicado en boca de otro. Le agradezco comente con su propio parecer y no con el mio. Gracias.

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