Durante la segunda y tercera semana del mes de julio fueron presentados en diversos escenarios del departamento, los tres proyectos audiovisuales ganadores de las becas del bicentenario, dos en la modalidad de documental y uno en la modalidad de cortometraje. Esta convocatoria de la Gobernación de Santander, entró en concurso durante los meses de diciembre de 2009 y enero de 2010. El pasado 14 de julio en las instalaciones de La Casa del Libro Total, fue hecho uno de los lanzamientos oficiales. Los dos proyectos en la modalidad documental fueron Bucaramanga a milímetros de Frank Rodríguez y Los días del fracaso de Iván Gaona, y en la modalidad de argumental fue exhibido el cortometraje La estatua del parque de Leo Carreño.
Bucaramanga a milímetros contaba la historia de Augusto Peter Schroeder, un empírico realizador cinematográfico quien con su cámara de 16 milímetros hizo en los años sesentas y setentas una serie de documentales, cortometrajes y comerciales, que lo convirtieron en el creador de la más grande memoria fílmica de Bucaramanga. Sus películas estuvieron guardadas por mucho tiempo, y Rodríguez logró que Schroeder desempolvara sus imágenes y se las brindará de nuevo a la ciudad. El relato entra a la casa de del realizador, para contar su vida y anécdotas junto a la pequeña cámara de cine que tenía y que llegó a sus manos por vínculos familiares, debido a que él es descendiente de Carlos Schroeder, el ingeniero que pudo desarrollar en 1937 de manera solitaria, el audio para la cámara de cine en Colombia. Augusto Schroeder se desenvuelve como un hombre carismático, intuitivo y persistente en su pasión por contar historias. En el relato de Rodríguez, se logra un honesto acercamiento a la intimidad del personaje, quien le ofrece a la ciudad un maravilloso regalo: su pasado visible. El público reaccionó con asombro, ante la revelación de las imágenes de Bucaramanga y el propósito de recuperar el romanticismo por el pasado fue obtenido. Los aplausos fueron la muestra de ello. Después de la presentación, el propio Augusto Schroeder salió al final de la función y con generosidad y humildad, presentó de manera completa su documental de ocho minutos Nuestras gentes del cual habían sido vistas algunas imágenes en el documental de Rodríguez. Fue un homenaje merecido para este hombre que preservó el patrimonio audiovisual de la ciudad.
El documental Los días del fracaso de Iván Gaona, presentó la vida de Francisco Duarte, un hombre que se ha convertido en un personaje reconocido de la vida social del municipio de Güepsa. La cinta, cuenta la historia de un rebelde entrado en años, que perdió la vista en un accidente de minería esmeraldífera, pero que a pesar de este duro golpe, siguió desarrollando su habilidad más grande: el convencimiento con la palabra. Duarte, con sus gafas negras, su pelo largo y su frondosa barba canosa, es un incansable apostador que se roba toda la atención ante la cámara. Su afición por la búsqueda de guacas, se fortalece con un grupo de soñadores y caza fortunas, que se le unen para armar una expedición acompañada por algunos componentes místicos. El relato inicia con mucha fuerza, sosteniéndose en la comicidad del personaje y en las anécdotas contadas por quienes lo rodean, pero en cuestión de ritmo, esta intensidad se diluye en la mitad del documental con algunas escenas, en las que Francisco Duarte cuenta varias historias y las imágenes se quedan cortas en su narración. En el tercer acto, es donde retoma nuevamente el vigor del inicio del documental, y queda para el público el retrato entrañable de este personaje hablador y al mismo tiempo encantador.
La tercera obra, el cortometraje La estatua de sal de Leo Carreño, es una película de carretera mezclada con el rústico misterio de Umpalá, un pueblo perdido en el cañón de Chicamocha de Santander. El relato posee una riqueza visual en las imágenes de Umpalá, en la presentación de los personajes del pueblo y en su montaje, que construyen la frenética apuesta del encuentro de dos mundos, el de una pareja de jóvenes viajeros y unos habitantes que hacen un extraño ritual para huir del lugar que sienten como prisión. El exceso en la voz en off, la gran cantidad de personajes y los actores que no logran concretar los caracteres, son los problemas que no permiten cohesionar por completo una obra agresiva en su construcción y con un despliegue de producción bastante ambicioso. De las tres obras fue la que menos conexión tuvo con el público presente y la que más expectativa tenía.
Con estas tres obras quedó finalizada la primera convocatoria de la Gobernación de Santander que deja una perspectiva favorable para la realización audiovisual en el departamento. La promesa de continuidad también quedó pactada públicamente con el compromiso de los recursos y el concurso, para que en 2011 haya nuevos proyectos de creación artística. Ojalá sea cierto y que no sea una vez más la retórica de las promesas políticas.
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