Las expectativas con las películas de comedia que todavía quedan como rezago de la lejana temporada de vacaciones no deben ser altas. El objetivo de ver este tipo de cintas se reduce a actividades como pasar el rato, reír un poco y olvidarlas después de salir de la sala de cine. No hay que ir con altas expectativas y por esa razón Son como niños (Grown ups) es una película que mirada solo con esa óptica no tiene porque decepcionar, ni tampoco alentar las más altas esperanzas.
Detrás de esta la película está la mano del famoso actor Adam Sandler, con su compañía productora Happy Madison que nace del cruce de palabras de sus dos primeras películas como actor protagónico de comedia Billy Madison y Happy Gilmore. Esta compañía la funda cuatro años después de terminar sus intervenciones en el popular programa televisivo de comedia norteamericano Saturday Night Live en 1995, para dar por completo el salto a la pantalla grande. Con estas dos películas deja muy marcado su estilo de comedia que se delimita al personaje masculino que se niega a crecer a pesar de ir avanzando en edad y que tiene altos grados de neurosis combinados con ataques de histeria acompañados de gritos y humor escatológico. La compañía Happy Madison tiene en su haber más de 20 películas y desde 1999 no solo empezó a producir las películas de Sandler, sino también las de sus grandes amigos y compañeros de set del mismo show de televisión neoyorquino como Rob Schneider y David Spade. En ese set durante los mismos años estuvo también el actor afroamericano Chris Rock, con quien compartió créditos en películas como La milla más larga y No te metas con Zohan producidas por Happy Madison. Así que los apellidos de Schneider, Spade, Rock y Sandler, son los que integran parte del grupo de protagonistas que estelarizan la comedia Son como niños a quienes se les une el actor Kevin James, antiguo actor de la serie de televisión El rey de Queens y compañero de créditos estelares de Sandler y su productora en Los declaro marido y Larry. Ellos interpretan a cinco amigos del colegio que después de ganar un importante torneo de baloncesto infantil deben reunirse 30 años después debido a la muerte de su entrenador, quien a su vez tenía la figura de mentor y consejero. Una trama nada original pero al menos bien planteada en las secuencias iniciales.
La película está creada para ser un pasajero entretenimiento familiar con algunos chistes pesados y otros más ligeros, con situaciones repetidas y otras nuevas, con frases de cajón y también con diálogos graciosos, concluyendo con moralejas exageradamente evidentes como “hay que darle más importancia a la familia que al trabajo” y “mantener a los amigos cerca porque te van a dar la mano en el momento en que los necesitas”. Pero a pesar de ello es una película fácil de ver, sin pretensiones, con una buena empatía entre sus protagonistas. Son como niños es un gran éxito de taquilla como otras obras de Sandler que tienen desde hace un buen tiempo, un marcado interés por un público más amplio que incluya a la mayor parte de los integrantes del núcleo familiar con películas como Cuentos que no son cuentos, Click o Un papá genial, que le han dado sus mayores dividendos. Obras más intimas, diferentes y arriesgadas con personajes disímiles a los habituales, fracasaron en taquilla pero tuvieron mejores críticas como Gente graciosa, Reign over me y Spanglish, pero en especial con la obra del talentoso Paul Thomas Anderson Embriagado de amor filmada en 2002 quien ganó el premio a mejor director en el festival de Cannes de ese año, pero que fracasó absolutamente en las entradas.
Las actrices Salma Hayek, María Bello y Maya Rudolph complementan el reparto al interpretar a las esposas de los cuarentones quienes apenas cumplen con gestos exagerados y algunas líneas graciosas del guión. Pero quien logra salir bien librado como es su estilo, es el polifacético Steve Buscemi quien hace el pequeño papel de Wiley uno de los desafortunados antagonistas del grupo de los cinco amigos. No hay que olvidar que Buscemi en solitario se pudo salvar hasta de una pésima película como lo fue Armageddon. Esta vez estuvo rodeado de sus amigos actores, guionistas y productores para hacer una intervención refrescante lo cual es ya una buena costumbre. Coronel Buscemi, salve usted la patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario