(Escrita el 29 de enero de 2008)
En cualquier tipo de relato cinematográfico, uno de los elementos que más retribuye el público es la narración envolvente de la historia, que ha sido diseñada por su autor, tanto en su guión como en su dirección. Y este es uno de los grandes valores que tiene la película colombiana Paraíso Travel del caleño Simon Brand. Muchos mitos se escuchan en Colombia acerca de los compatriotas que han entrado como ilegales en Estados Unidos a tratar de vivir la porción que les corresponda, de lo que ha sido denominado desde el siglo diecinueve “el sueño americano”. Este sueño en la realidad ha tenido mayores ganancias y espacios para los europeos que poblaron el país norteamericano, que para los inmigrantes de países y latitudes menos desarrollados industrialmente, como es el caso de Colombia.
Así que al ser ya conocida la temática de inmigración ilegal de Paraíso Travel, la expectativa que se generó, al recopilarse los testimonios de los sufrimientos y humillaciones de sus personajes, se cumplió efectivamente, ya que el guión de la obra también lo realizó el autor de la misma novela, el antioqueño Jorge Franco, junto a Juan Manuel Rendón, lo que le permitió mayor cercanía con las historias que se estaban entrelazando en Nueva York.
Las temáticas de muchas películas colombianas con respecto a la guerra, al narcotráfico, al sicariato y a otros tantos problemas que audiovisualmente Colombia se ha acostumbrado a exportar, se encuentran en una fase de desgaste y han creado un imaginario negativo fuera del país del cual nos quejamos cuando se habla de Colombia, pero que la mayoría de obras exhibidas en circuitos comerciales y de festivales lo refuerzan constantemente. Precisamente una novela anterior de Franco llevada al cine fue “Rosario Tijeras” y esta dejó un mal sabor acerca de la colombianidad, además de haber tenido una narración bastante desigual y sin cohesión.
En cambio en “Paraíso Travel” es contada una problemática mundial y en especial latinoamericana, pero desde el punto de vista de los colombianos y ahí es cuando el relato cobra más fuerza. Dentro de sus casi dos horas de duración, encontramos en su puesta en escena valores como la perseverancia, la supervivencia, la alegría, la generosidad, la entrega y el ingenio. Y es muy saludable para el público nacional encontrar ese tipo de reconocimientos de la idiosincrasia colombiana en pantalla.
El papel principal que lleva a cuestas el personaje Marlon Cruz - muy bien interpretado por el joven actor Aldemar Correa - desarrolla una línea de aprendizaje con dignidad, en condiciones supremamente adversas, pero siempre recibiendo una mano inesperada de compatriotas suyos.
La narrativa paralela de la película nos devela la misteriosa personalidad de Reina - en el papel más rutilante de todos, magníficamente interpretado por la también novata Angélica Blandón - , quien arrastra con sensualidad, perseverancia y enceguecimiento a Marlon en la persecución del sueño de una vida mejor en el norte del planeta. Allí se cuenta la cruda y cruenta entrada ilegal a Estados Unidos desde Colombia, pasando por Guatemala y México.
Los personajes secundarios también hicieron su gran aporte: Vicky Rueda como la caleña, aunque es recargada en algunas escenas, retrata muy bien a otro segmento de Colombia, que se gana la vida de una manera menos ortodoxa que los demás personajes, que es cobrando por abrir las piernas.
La intervención de otros actores latinoamericanos en esta ocasión (muy distinto a fracasos como el de “El amor en los tiempos del cólera) si fue muy acertada: Ana de la Reguera en su papel de Milagros, la mexicana que ayuda a Marlon a salir adelante es muy creíble como la mujer que sueña con ser cantante, mientras sobrevive en la calle y quien hace parte de una inmensa familia mexicana. También hace su aporte el venezolano Pedro Capo Rodríguez como Giovanni, el compañero de trabajo de Marlon, y en una interpretación cómica y a veces exagerada, está la del reconocido actor colombo americano John Leguizamo, quien es Roger, otro de los latinos que le da posada y alegría a la vida de Marlon. Cierra este casting, la reconocida actriz Margarita Rosa de Francisco, con un papel totalmente distinto a sus anteriores registros como una mujer alcohólica y destartalada, quien es presa de la vida callejera en Nueva York.
“Paraíso Travel” es una buena película que muestra el mejoramiento de la producción nacional, no solo en lo técnico, asunto que ya se ha superado desde algunos años, sino también en lo narrativo e interpretativo. Simon Brand sin lugar a dudas se ha anotado otro éxito cinematográfico después de su primera intervención en Estados Unidos con Mentes en blanco y esta película demuestra que su carrera está en alza y que vamos a esperar obras importantes más adelante.
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