(Escrito el 29 de julio de 2008)
Por encima de toda la publicidad y mercadeo que ha tenido la película El Caballero de la noche la expectativa por ver la segunda obra del director inglés Christopher Nolan sobre Batman era alta. Primero porque cuando en 2005 estrenó Batman Begins se adentró en la psicología y nacimiento del personaje, contando como este se forjó a si mismo y llegó a convertirse en el oscuro protector de “Ciudad Gótica”.
Asimismo cómo integró a su vida muchos conocimientos de diversas fuentes y recibió la ayuda de diversos maestros para su educación. Los seguidores del héroe nocturno recibieron con beneplácito su propuesta, después de los fracasos realizados en los noventa por Joel Schumacher con Batman Forever y especialmente con Batman y Robin. Además otro de los aciertos de la producción fue la elección del actor británico Christian Bale como el nuevo protagonista, porque encarnó muy bien la complejidad del personaje, muy por encima de las interpretaciones de estrellas de Hollywood como Val Kilmer y George Clooney quienes no dejaron tan bien parada la figura de Batman.
Con todo esto, “El caballero de la noche” sobradamente cumplió con esas expectativas y sorprendió desde casi todas sus propuestas. El trasfondo del guión de revisar el límite del corazón humano y las pruebas que puede resistir la bondad que en él habita, fue sin duda el bastión que sostuvo esta historia. Nolan demostró que su visión tiene un estilo tan particular, que las versiones las realizadas por Tim Burton en 1989 y 1992 que se encontraban en un pedestal son ya un capítulo aparte. Nolan ha empezado una nueva era con actores, historia, diseño de arte y escenas de acción.
Su línea narrativa se ha especializado en confrontar la dualidad de sus personajes. Desde el personaje amnésico de Guy Pearce en Memento, pasando por el torturado y desvelado de Al Pacino en Insomnia, luego con el enfrentamiento de dos magos por lograr el mejor truco final en The Prestige y finalmente explorando como nació la dualidad oscura de Batman. Pero lo valioso en el recorrido por esta temática es la evolución que ha logrado obtener, porque para El caballero de la noche la dualidad supera al personaje principal que la desarrolló en Batman Begins y se traslada ahora a su coprotagonista Harvey Dent, muy bien interpretado por Aaron Eckhart quien es el fiscal general de Ciudad Gótica y líder de la lucha contra el crimen organizado.
La presión y dolor a los que este personaje se ve sometido, examina el camino en que la bondad de un ser humano y su capacidad de compromiso con la sociedad puede acabarse al destruir sus lazos emocionales cercanos. Sin revelar mucho del argumento, la llegada de “Dos caras” da paso a la continuación del mal como fuerza desatada e incontrolable. Y detrás de esto, se encuentra El Guasón quien empuja a los personajes por la cuerda floja, y orquesta la expansión del caos por Ciudad Gótica. Para hablar del gran antagonista de la película, hay que resaltar que la interpretación de Heath Ledger es la mejor de todas las que hubo en el metraje, y supera incluso la que realizó del mismo personaje Jack Nicholson en 1989, porque reelaboró totalmente al Guasón, que ya había tenido varias versiones, y escondió por completo la cara y personalidad del actor detrás de ella, como no sucedió con Nicholson. Las anteriores interpretaciones se caracterizaban por estar cercanas a la caricatura y la exageración, pero la de Ledger, si permitió desencadenar la demencia del personaje.
Pero también la película tiene unos puntos débiles como la elección de Maggie Gyllenhaal como Rachel, la mujer central del triángulo amoroso con Bruce Wayne y Harvey Dent. Ella estaba en medio de los hombres más poderosos y famosos de Ciudad Gótica, pero su interpretación no tuvo la suficiente fuerza para hacer perder la cabeza a estos dos hombres al mismo tiempo. El importante personaje de Alfred (Michael Caine) que se rescató en “Batman Begins” solo estuvo de adorno en esta y finalmente la recarga de tantas situaciones de acción no permitió algunos momentos de catarsis narrativa.
La conclusión de “El Caballero de la noche” deja abierta claramente la posibilidad de realización de una tercera parte de Batman de la era Nolan, que será esperada con gran beneplácito.
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